Mecanismos de la micción y posibles causas de las dificultades en la evacuación

La “Micción” es el proceso de vaciar la vejiga, realizado por una contracción del músculo alrededor de esta (el detrusor), simultaneamente con una relajación de los dos esfínteres de la uretra.

Es un proceso muy complejo. Para simplificarlo, nosotros podemos considerar que se basa en una conexión refleja entre los sensores de esfuerzo en la pared de la vejiga y los sensores de flujo en la uretra por un lado, y en el “detrusor” en el otro lado. Cuándo se alcanza un nivel determinado de capacidad, el esfuerzo provoca la contracción de la vejiga, y los sensores del flujo lo mantienen durante el tiempo que la orina pasa. Menos en el niño joven, este reflejo es voluntario y el control del reflejo y la inhibición viene controlada por centros nerviosos de la corteza del cerebro. Otros centros nerviosos en el tallo del cerebro y cerebelo tienen la función de coordinar las distintas órdenes, la de micción y continencia, que se integran en procesos corporales más grandes. El sistema orthosympathetic (neurotransmisor principal: adrenalina y noradrenalina) es un inhibidor: se relaja el detrusor y contrae el esfínter; el sistema parasimpático (neurotransmisor principal: acetilenocolino) controla el proceso de la micción: esto hace que el detrusor se contraiga y el esfínter se relaje. El esfínter externo está bajo el control del sistema nervioso “somático” (voluntario). Normalmente, en adultos, la continencia es completa, y la micción puede comenzar cada vez en un orden. Pero este hecho debe ser relativizado: un retraso en el inicio de la micción se observa en la mayoría de gente en la presencia de otros (Middlemist et al, 1976).

Las causas de la retención de la orina incluyen la contracción insuficiente del detrusor, o una resistencia excesiva para fluir en el uretra. La vesícula tímida parece deberse a una inhibición excesiva de la micción por los centros nerviosos del cerebro, y por un sobre actividad del sistema orthosympathetic (extrés), el cual relaja el detrusor y contrae el esfínter. El fondo psicológico de un desorden es evidente: tiene características de una fobia social. Rara vez se trata de un problema orgánico. (Rosario et al, 2000).

Sin embargo, muchas otras causas pueden provocar los problemas de micción, un factor psicológico puede a veces sólo revelar un desorden físico / estructural. Un apuntador fuerte hacia el origen psicológico es un paciente que es capaz de orinar apropiadamente cuando está solo, y tiene problemas dentro de una situación social definida. (por ejemplo: imposible orinar en retretes públicos, pero orina normal cuando está solo en casa)

Al contrario de los problemas mencionados hasta ahora, el constancia del problema, su amplificación rápida, otros síntomas como la necesidad de orinar frecuentemente, sangre en la orina, dolores, el sentir de un bulto en el abdomen o un órgano desplazado, salidas anormales, todo esos signos se deben comentar a un doctor para la investigación adicional, para excluir un desorden estructural.




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